Me gusta todo de Portugal. Su gente, su idioma, su música, su comida. Me gustan sus paisajes, sus ciudades, sus pueblos. Me da igual norte, sur o centro. Así que, cada vez que puedo no dudo en viajar al país vecino. En esta ocasión voy a visitar las aldeas históricas de Portugal. Castelo Rodrigo, Almeida y Castelo Mendo.



Aldeas históricas de Portugal
La red de Aldeas Históricas de Portugal está formada por doce localidades que comparten un rico pasado histórico-cultural. Son: Almeida, Belmonte, Castelo Mendo, Castelo Novo, Castelo Rodrigo, Idahna-a-Velha, Linhares da Beira, Marialva, Monsanto, Piódao, Sortelha y Trancaso.
Un poco de historia
Estos pueblos fueron testigos de una larga historia de luchas fronterizas entre castellanos y portugueses y de conquistas entre moros y cristianos o de invasiones francesas.
Situados en el Centro de Portugal, en la Beira portuguesa y limítrofes con las provincias de Salamanca y Cáceres, ocupaban una situación estratégica para defenderse del enemigo. A la frontera hispano-lusa coloquialmente llamada La Raya, la más antigua de Europa, no le faltan las fortificaciones como prueba de todo ese pasado conflictivo.

Pero hoy en día, en una Europa unida y en paz, el problema de estos pequeños pueblos (al igual que otros muchos por todo el mundo) es la despoblación. La red de Aldeas Históricas de Portugal nace con el objetivo de recuperar estos pueblos e impulsar su economía. Las Aldeas Históricas de Portugal se pueden recorrer en coche pero también en bicicleta o andando siguiendo la Gran Ruta 22 (GR22) Una ruta circular de casi 600 km dividida en 12 etapas a través de bonitos senderos.
Mi ruta: Castelo Rodrigo, Almeida y Castelo Mendo
En esta ocasión hice una ruta en coche recorriendo las tres aldeas históricas más cercanas a la frontera salmantina: Castelo Rodrigo, Almeida y Castelo Mendo. Y aunque no forma parte de la red de Aldeas Históricas de Portugal añadí a mi recorrido Castelo Bom.
Castelo Rodrigo
Empiezo mi ruta de Aldeas Históricas de Portugal en Castelo Rodrigo donde me alojo en Casa da Amendoeira. A este pueblo auténtico, una de las maravillas de Portugal, no le faltan los monumentos qué ver que nos hacen intuir su rico pasado histórico.

Situada en la cima de una colina a 900 metros de altitud, gozaba de una posición privilegiada para defenderse de los diferentes ataques a los que tuvo que hacer frente. Formó parte del reino de León hasta que en 1297 por el Tratado de Alcañices pasa a pertenecer a Portugal.
Castelo Rodrigo está rodeada por una muralla construída inicialmente por los romanos y aunque cuenta con tres puertas de acceso te recomiendo entrar por la Puerta del Sol. Fue cruzar la puerta y quedarme prendada de esta aldea, había retrocedido al medievo.
La primera estampa que disfruto es la de una maravillosa calle empedrada. Al fondo, llama mi atención la Torre del Reloj. Justo al lado está la Oficina de Turismo y la entrada al semiderruído palacio de Cristobal de Moura.
Durante la dinastía Filipina, el virrey Cristobal de Moura manda construir sobre la antigua alcazaba su residencia, un palacio de estilo manierista. Su apoyo a España era manifiesto así que durante el período de la Restauración de la Independencia (1640) son los propios vecinos portugueses quienes lo saquean y lo incendian. Las ruinas del Palacio de Cristobal de Moura son hoy Monumento Nacional.
Continuo mi paseo y voy hasta la iglesia de Nuestra Señora de Rocamador, Fue fundada en el siglo XIII por unos frailes para dar asilo a los peregrinos del Camino de Santiago. Muy cerca está el pelourinho (o picota) de estilo manuelino.
Sigo callejeando y me acerco a rúa da Cadeia. Camino despacio, son muchos los detalles que se pueden ver en las fachadas de la casas. Destacaría una inscripción fechada en 1508, que atestigua la presencia de una importante comunidad de cristianos nuevos en Castelo Rodrigo.
Al final de está calle está la cisterna medieval. Tiene dos entradas, una de estilo gótico y otra en arco de herradura. Se cree que pudo ser una antigua sinagoga con una parte para el culto y otra para los baños litúrgicos.

Ya fuera del casco histórico, subo hasta el Cristo Rey en la Sierra de la Marofa. Me despido de Castelo Rodrigo desde este mirador que a casi mil metros de altura ofrece una panorámica impresionante.
Almeida
Almeida es una de las fortificaciones más importantes de Portugal, junto a la de Elvás o Valença do Miño. Desde el cielo Almeida se vería como una estrella de doce puntas, una obra maestra de ingeniería militar construída en los s.XVII y XVIII.

Su papel defensivo fue clave en la guerra de Independencia de Portugal. Pero en 1810 los franceses lograron conquistarla. La noche del 26 de agosto, explotó el polvorín que guardaba el antiguo castillo, quedando arrasado todo. Todos los años, el último fin de semana de agosto, se lleva a cabo una recreación-histórica de estos hechos. Una buena disculpa para visitar Almeida.

Lo que más llama la atención de esta aldea histórica es el excelente estado de conservación de su sistema defensivo. Puedes bordear Almeida caminando por sus dos kilómetros y medio de murallas, rodeadas de un foso de 12 metros de profundidad. En algún momento de tu recorrido verás el Museo Histórico-Militar, interesante para conocer parte de la Historia de Portugal.
Más allá de sus murallas piérdete por sus calles, no faltarán los rincones que llamen tu atención.
Castelo Bom
Aunque no forma parte de la red de Aldeas Históricas de Portugal, merece la pena acercarse a Castelo Bom. A solo 6 km de Vilar Formoso y a medio camino entre Almeida y Castelo Mendo, esta pequeña aldea medieval fue toda una sorpresa en mi ruta.

Situado en un cerro a 725 metros de altitud las vistas, desde cualquiera de sus miradores, sobre el valle del río Coa son fantásticas.
De su castillo no quedan restos y de sus murallas tan solo un par de puertas pero pasear por sus calles desiertas fue un auténtico placer.

Solo el ladrido de algún perro rompía el silencio absoluto. Desconozco el número de habitantes que tiene actualmente el pueblo pero yo solo me crucé con un adulto y un niño. A pesar de ser domingo, ni rastro de turistas. Fue un auténtico lujo disfrutar de la tranquilidad de esta coqueta aldea.
Castelo Mendo
A 13 km de Vilar Formoso (ya en la frontera con España) se puede llegar a Castelo Mendo comodamente por la autovía A25. Pero si tu intención es visitar Castelo Bom debes coger la N16, una carretera de lo más pintoresca que se adentra por bonitos paisajes del valle del río Coa.
Castelo Mendo está rodeada de murallas con seis puertas de acesso siendo la principal la Puerta da Vila, flanqueada por dos verracos de granito.

Nada más entrar a intramuros lo primero que encuentras es una pequeña plaza de lo más fotogénica. Puertas y ventanas llaman mi atención. Me sorprende gratamente lo bien conservado que está todo.
Sigo por sus calles empedradas hasta llegar a la plaza principal que cuenta con varios edificios de interés como la Iglesia de San Pedro. Y como no podía ser de otra manera y destacando en el medio de la plaza el pelourinho. Construído en el siglo XVI, tiene siete metros de altura, una base de seis pasos con columna octogonal y coronado en jaula. Me pareció precioso.

Continuo mi paseo hasta la parte alta del pueblo. Del castillo apenas quedan restos, sin embargo se conservan bastante bien los muros de su iglesia (le falta el techo) Me despido de esta encantadora aldea medieval desde lo alto de su cerro, disfrutando de unas magnificas vistas.
¡Cómo me gustas Portugal!