Hoy vamos a visitar un castillo, pero ya te anticipo que en él no vivía ningún príncipe y su princesa. Este no es un castillo de cuentos, sino todo lo contrario, es el escenario de una de las mayores vergüenzas que tiene que soportar la humanidad. Nos vamos al castillo de Cape Coast, el mayor centro esclavista del mundo.
Visita al castillo de Cape Coast
La dinámica para visitarlo es la misma que en el castillo de Elmina.
La entrada cuesta 40 cedis en la que va incluido un guía, que resultó ser excepcional. Durante aproximadamente una hora de duración nos irá enseñando el castillo y contando la triste historia que encierra sus muros.
Y esta triste historia comienza cuando a los colonizadores europeos, que en un primer momento llegaron hasta estas costas atraídos por el comercio de oro, dejó de interesarle este negocio y se convirtieron en tratantes de esclavos. Entre 1650 y 1810 las fortalezas dejaron de almacenar oro para almacenar seres humanos.
Debido a su estratégica ubicación el castillo de Cape Coast fue motivo de continuos enfrentamientos entre las potencias europeas para conseguir su dominio.
Los portugueses fueron los primeros en llegar a Cape Coast, lugar que llamaron Cabo Corso. La Compañía Sueca de África construyó un primer fuerte en madera que posteriormente se reconstruyó en piedra. Más tarde perteneció a los daneses, luego a los holandeses y finalmente, en 1664 pasó a poder de los británicos. En 1884 se convirtió en la sede del gobierno colonial británico en la Costa de Oro.
El Imperio Ashanti, en plena expansión, necesitaba armas para seguir conquistando territorios así que, los ashantis capturaban a los esclavos y se los vendían a los ingleses a cambio de alcohol y armas. Miles y miles de personas pasaron por las mazmorras de Cape Coast.
Entrar en las mazmorras impacta. El guía nos hace entrar totalmente a oscuras y en un tono de voz suave y dramático a la vez, nos va relatando las humillaciones que allí sufrieron cientos y cientos de seres humanos.
En las paredes se pueden ver marcadas los anclajes de las cadenas y tallados en el suelo canales para los orines. Hay mucha humedad, resulta claustrofóbico, dan ganas de salir corriendo y eso estando tan solo unos minutos dentro. Imagínate pasar días y días así, hacinados, sin luz, viviendo encima de sus propios excrementos, compartiendo espacio con los cadáveres de quien no lo podía soportar, y a todo este sufrimiento las mujeres tenían que añadir las violaciones…
En estas condiciones infrahumanas esperaban a cruzar la puerta del no retorno.
Los esclavos atravesaban está puerta para ser embarcados y llevados al Nuevo Mundo. Las condiciones en las que viajaban eran tan duras o más si cabe que en las mazmorras. Solo los más fuertes conseguían sobrevivir a la travesía. Al otro lado del Atlántico, los que lograban llegar, les esperaba toda una vida de esclavitud. No volverían nunca más a sus hogares.
Nos cuenta el guía que hace unos años trajeron a algunos descendientes de esclavos desde América para cruzar la puerta en dirección contraria y volverla a cerrar. Un acto simbólico para decir que nunca más sería la puerta del no retorno. Pusieron una placa dando la bienvenida «AKWAABA».
Al igual que entramos a oscuras en las mazmorras, al igual que fuimos encerrados en una celda por nuestro guía, éste nos hizo cruzar la puerta del no retorno. Aunque en este caso lo que nos encontramos no eran barcos cargados de esclavos, sino sencillas embarcaciones cada una con una bandera de un país diferente, niños jugando en la playa, pescadores recogiendo sus redes, en fin , mucho color, mucha luz, mucha vida…
Finalizamos nuestra visita al castillo recorriendo su museo, totalmente recomendable hacerlo para comprender el alcance de tremenda atrocidad. Creo que nunca podré olvidar las palabras que repetía una y otra vez el guía: «why? why? why?»
El castillo es Patrimonio de la Humanidad, imprescindible su visita si vas a Cape Coast.
En el año 2009, el entonces presidente de Estados Unidos, Barack Obama durante su visita al castillo dijo haber «vivido una experiencia muy emotiva» y «como afroamericano, este es un sitio que transmite mucha tristeza, pero también es el lugar donde comienza nuestra historia.»
Más allá del castillo
A los pies del castillo de Cape Coast se extiende la extensa playa de Cape Coast , una magnifica opción para pasar las horas centrales del día en las que el calor es sofocante. Deberás tener cuidado si quieres darte un baño, aquí el mar es muy bravo y hay muchas corrientes, así que mucha precaución.
Si te apetece comer o tomarte una cerveza te recomiendo el Oasis Beach Resort , un restaurante a pie de playa con un ambiente fantástico. Y si lo que te gusta es el fútbol no tendrás ningún problema para que te dejen unirte a alguno de los equipos que estén entrenando por la playa tal y como hizo mi hijo.
También merece la pena dar un paseo por las calles de Cape Coast y ver los antiguos edificios coloniales pintados de vivos colores. Pasea sin rumbo fijo, no busques ningún monumento importante porque no lo hay, pero te aseguro que a cada paso tus ojos se sorprenderán ante escenas a las que no estás acostumbrado… esto es Ghana, esto es África. Nuestro paseo será como estar en una montaña rusa de emociones, arriba, abajo, arriba… Bajamos ante tanta pobreza que vemos a nuestro alrededor, subimos cuando vemos a unos niños jugar y divertirse con un simple palo, volvemos a hundirnos cuando vemos a otros niños descalzos en medio de un montón de basura y de aguas fecales y alucinamos cuando vemos bailar a unos jóvenes«hiplife» en plena calle. El hiplife es un estilo musical ghanes que fusiona la cultura ghanesa y el hip hop ¡Qué ritmo!
Excursiones desde Cape Coast
La localidad de Cape Coast, por su ubicación y lo bien comunicada que está, resulta ideal para tomar como base y hacer excursiones a sus alrededores. Las dos principales excursiones son:
La localidad de Elmina y el Parque Nacional de Kakum.(Pincha en cada una de ellas si quieres conocer mi experiencia en estos lugares).
Si viajas a Ghana seguro que tarde o temprano acabarás pasando por Cape Coast, espero que la disfrutes tanto como nosotros. El viaje continúa… próxima parada Accra.